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Homenaje al dirigente sindical Pedro Huilca colocado hoy día por la Municipalidad Metropolitana de Lima. Foto cortesía Carmen Amaro.

Pedro Huilca y Alberto Fujimori, hace 20 años

Publicado: 2012-12-18

Hoy día se inauguró el busto del dirigente sindical Pedro Huilca en el Parque Haya de la Torre en Lima. Más allá del escándalo producido por algunos dirigentes apristas que criticaron la ubicación del busto en el parque que lleva el nombre de su líder fundador, vale la pena recordar la razón por el cual Huilca, Secretario General de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) y miembro de Izquierda Unida (IU), fue asesinado a balazos el día 18 de diciembre de 1992, en plena dictadura fujimorista.

Inicialmente el gobierno de Fujimori acusó a Sendero Luminoso de matar a Huilca. Sendero había asesinado a otros dirigentes sindicales; por ejemplo, en 1989, asesinó a balazos al sindicalista Enrique Castilla, por tanto esta tesis no era descabellada. Sin embargo, la esposa de Pedro Huilca estuvo convencida que el gobierno había matado a su esposo. Recuerdo aquel día hace 20 años; era estudiante de posgrado haciendo un trabajo de investigación sobre la violencia política en Lima para mi doctorado. Me quedan las imágenes de la señora de Huilca en las noticias aquella noche de horror, convencida de que no fue Sendero sino Fujimori y sus allegados los responables del asesinato de su esposo. Pero, ¿por qué el gobierno de Fujimori mataría a un dirigente sindicalista?

Pongo a disposición de los lectores fragmentos de un texto que publiqué en Latin American Research Review en 2006, "Quien habla es terrorista: The Politics of Fear in Fujimori's Peru." El texto (que puede ser leído en inglés aquí) recuerda el asesinato de Pedro Huilca y su efecto sobre la sociedad civil peruana; como contribuyó a la expansión de una cultura de miedo, el preciso objetivo deseado por los verdugos del dirigente sindical: Fujimori, Montesinos, y el Grupo Colina. Una versión del texto fue traducido al español y se publicó luego en mi libro, Violencia y autoritarismo en el Perú: Bajo la sombre de Sendero y la dictadura de Fujimori (IEP y Asociación SER, 2009). Abajo encontrarán una PDF de la introducción del libro.

Pedro Huilca presente! Marcha contra la

Mientras que los asesinatos de Barrios Altos y La Cantuta fueron dirigidos en contra de presuntos senderistas (condición que nunca ha sido probada), otros casos revelan el uso del poder coercitivo del Estado para silenciar a la oposición legal, y para justificar tales abusos equiparando la actividad de la oposición con el terrorismo. Tal fue el caso del asesinato del Secretario Ejecutivo de la CGTP, Pedro Huilca, abatido a tiros en diciembre de 1992 por el Grupo Colina. Huilca, un severo crítico de las políticas neoliberales de Fujimori, trataba de movilizar protestas sociales contra el régimen. Dos semanas antes de su deceso, Fujimori atacó públicamente a Huilca luego de los comentarios críticos que éste hiciera en la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE). Según un informe de un medio nacional:

"Fujimori dijo, leyendo de sus notas, 'hemos estado construyendo un consenso nacional desde 1990. Poco a poco están emergiendo las grandes estructuras sociales del Perú profundo.' Luego Fujimori dirigió su mirada al auditorio y dejó de leer, para decir, "Éste ya no es un país gobernado por las cúpulas de la CGTP o del SUTEP, o por las huestes de Sendero Luminoso y el MRTA, o las cúpulas de los partidos tradicionales.' El mensaje estaba dirigido a Huilca, que estaba presente en el auditorio." (Oiga, 21 de diciembre de 1992).

Fujimori ubicó discursivamente a los sindicalistas (y a los líderes 'tradicionales' de los partidos políticos) en la misma categoría que las insurgencias armadas del MRTA y Sendero Luminoso, a pesar de la larga historia de la CGTP de participación en la política democrática y el hecho de que Sendero Luminoso había puesto en su mira a varios de sus líderes. Los investigadores del gobierno y los medios de comunicación culparon inicialmente a Sendero Luminoso, pero la viuda de Huilca y los líderes de la CGTP sostsuvieron que Fujimori y el gobierno eran los responsables. El hecho de que el gobierno no investigase el asesinato de otros dos líderes de la CGTP sugería la complicidad oficial, y la hostilidad del gobierno didrigida hacia Huilca y a la CGTP era evidente en los comentarios como el antes citado de Fujimori, y aquel del Ministro de Economía Carlos Boloña, quien previamente les había asegurado a los líderes empresariales [presentes en CADE] que "la cúpula de la CGTP pronto sería destruida" (CVR, 2003). En 1993, un general disidente del Ejército (Rodolfo Robles) acusó al Grupo Colina del asesinato de Huilca, un cargo confirmado una década después por la Corte Interamericana de Derechos Humanos. [CtIDH, Hiulca Tesce Vs. Perú, Sentencia de 3 de marzo de 1995]

—J. Burt, Violencia y autoritarismo en el Perú (IEP/SER, 2009), pp. 332-2.

Hoy se recuerda 20 años de la desaparición de un dirigente sindical valiente y consecuente que se atrevió a criticar la política neoliberal del gobierno fujimorista en un momento de profunda fragmentación social. Y hasta hoy día, a pesar de que la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha ordenado al Estado peruano asegurar de que los responsables sean investigados, procesados y castigados, nadie ha sido juzgado ni sancionado por su asesinato.

Introducción del libro, Violencia y autoritarismo en el Perú: 00a_Introducción

Un día como hoy, proyecto artístico de Mauricio Delgado, en recuerdo a Pedro Huilca


Escrito por

Jo-Marie Burt @jomaburt

Politóloga por formación, activista de derechos humanos por vocación. Profesora en George Mason University y Senior Fellow de WOLA.


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un blog de Jo-Marie Burt